domingo, 17 de octubre de 2010

¿ES UN DELITO QUERER EDUCAR A TUS HIJOS?

















El matrimonio irundarra formado por Ketty Sánchez y Michael Branson tiene hoy una cita con la fiscal de menores de San Sebastián y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. ¿Su delito? Haberse enfrentado al departamento de Educación para defender un derecho que consideran inherente a cualquier padre: el de educar a sus hijos. La decisión de sacar del colegio a sus cuatro vástagos para darles clase personalmente en su academia le ha valido a este matrimonio una imputación como «responsables de un delito relacionado con menores». Las leyes constitucionales y la jurisprudencia parecen darles la razón, pero reconocen que afrontan la jornada de hoy con «incertidumbre y bastante sorprendidos» por el debate social y la expectación mediática que ha originado su iniciativa.

Ketty y Michael no son pioneros en esto de educar a sus hijos en casa, pero nunca unos padres habían llegado tan lejos en Gipuzkoa. Ketty es una profesora irundarra de enseñanza media e inglés que siempre había visto con buenos ojos la posibilidad de llevar la formación de sus hijos en primera persona, aunque hasta hace un año no se había atrevido a dar el paso por las dificultades que una decisión de este calado conlleva. El apoyo de su marido, un estadounidense que ha convivido desde pequeño con este tipo de educación -en Estados Unidos se cuentan por miles los niños que estudian en casa-, le insufló los ánimos necesarios para llevar a cabo su sueño. Una vez que tomaron la decisión de sacar a los niños del colegio, lo hicieron hasta las últimas consecuencias.

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